Nuevamente en la Sala
Principal del Teatro Fernando Calderón se vivió un ambiente casi mágico,
gracias a la participación que dentro del Festival Internacional de Música de
Cámara Zacatecas 2013, tuvieron los Cameristas de México, en esta ocasión, con
la participación de nueve prestigiosos músicos que brindaron una velada
inolvidable.
El programa que se disfrutó durante la quinta
audición del Festival, estuvo conformado por obras del poblano Eduardo Angulo
(1954), el norteamericano Robert Mucszynski (1929 – 2010), y del alemán Ludwig
Spohr (1784 – 1859), repertorio que gracias a su diversidad, tanto estilística
como temporal, nos permitió entrever la infinita gama de posibilidades que
ofrece la música de cámara.
La primera obra de la noche, fue la recientemente
estrenada “Citadino (divertimento para 9 instrumentos)”, de Angulo, en sus
movimientos Allegro vivace, Adagio molto sostenuto y Allegro compulsivo. Hay
que destacar que las composiciones de este autor gozan en la actualidad de una
gran acogida en las salas de concierto, no sólo de México, sino de diversas
partes del mundo, ya que su propuesta nos deja escuchar una fusión del
nacionalismo musical mexicano de las primeras décadas del siglo XX, con las
tendencias contemporáneas; otra característica de su música es la frescura y
ligereza, que le permite dirigirse a públicos más amplios, menos
especializados, además de la alegría y efusividad que le da esa personalidad
tan propia del temperamento de las y los mexicanos.
La siguiente obra, de la velada, en la que
participaron únicamente alientos, fue “Quinteto de alientos Op. 45”, de
Mucszynski, en sus movimientos Allegro Risoluto, Andante y Moderato – Allegro
con spirito; composición que se significó por sus movimientos breves y sobrios
pero atractivos, capaces de robar totalmente la atención. A lo largo de las
piezas que conforman esta creación, pudimos disfrutar de los papeles
protagónicos que desempeñaron cada uno de los instrumentos participantes, con
los que conocimos un poco más sobre su carácter y personalidad.
La última obra de la noche fue “Grand Noneto Op. 31”,
de Spohr; el primer movimiento, Allegro, despertó de inmediato el interés de
los allí presentes, gracias a su calidez y emotividad; el segundo, Scherzo, se
caracterizó por su cadencia, evocadora de los valses bailados en las fiestas
cortesanas del siglo XVIII, con algunos lúdicos momentos protagonizados
principalmente por el violín; el tercer movimiento, Adagio, como su nombre lo
sugiere, resultó nostálgico y reflexivo, aquí destacaron las participaciones
del violín, la flauta y el clarinete; el último movimiento, Finale. Vivace, no
sólo fue alegre y vivaz, sino que por momentos resultó de especial intensidad,
con reminiscencias del romanticismo del siglo XVIII, fue un movimiento juguetón
que no pudo menos que sacarle una sonrisa al respetable.
Cameristas de México contó con la participación de
Manuel Ramos, en el violín; Maria Vdovina, en la viola; Asaf Kolerstein, en el
cello; Oscar Argumedo, en el bajo; Mercedes Smith, en la flauta; Pedro Díaz, en
el oboe; Luis Humberto Ramos, en el clarinete; David Ball, en el fagot, y
Edmund Rollet, en el bajo. Todos ellos, músicos con una considerable
trayectoria y con importantes reconocimientos en los ámbitos nacional e
internacional.
Vale destacar la comunión que se logró establecer
entre los músicos y su público, y la efusividad con la que éste reconocía las
ejecuciones al final de cada una de las obras que conformaron el repertorio. En
este sentido cabe también decir que la afluencia se ha visto en cada ocasión
más nutrida, lo que da muestra de las expectativas que paulatinamente ha
generado este Festival concluirá el próximo 27 de julio, y que esperamos se
consolide como una importante tradición artística en Zacatecas.
Ω
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