sábado, 20 de julio de 2013

Ovacionados nuevamente los Cameristas de México



Nuevamente en la Sala Principal del Teatro Fernando Calderón se vivió un ambiente casi mágico, gracias a la participación que dentro del Festival Internacional de Música de Cámara Zacatecas 2013, tuvieron los Cameristas de México, en esta ocasión, con la participación de nueve prestigiosos músicos que brindaron una velada inolvidable.

                El programa que se disfrutó durante la quinta audición del Festival, estuvo conformado por obras del poblano Eduardo Angulo (1954), el norteamericano Robert Mucszynski (1929 – 2010), y del alemán Ludwig Spohr (1784 – 1859), repertorio que gracias a su diversidad, tanto estilística como temporal, nos permitió entrever la infinita gama de posibilidades que ofrece la música de cámara.

                La primera obra de la noche, fue la recientemente estrenada “Citadino (divertimento para 9 instrumentos)”, de Angulo, en sus movimientos Allegro vivace, Adagio molto sostenuto y Allegro compulsivo. Hay que destacar que las composiciones de este autor gozan en la actualidad de una gran acogida en las salas de concierto, no sólo de México, sino de diversas partes del mundo, ya que su propuesta nos deja escuchar una fusión del nacionalismo musical mexicano de las primeras décadas del siglo XX, con las tendencias contemporáneas; otra característica de su música es la frescura y ligereza, que le permite dirigirse a públicos más amplios, menos especializados, además de la alegría y efusividad que le da esa personalidad tan propia del temperamento de las y los mexicanos.

                La siguiente obra, de la velada, en la que participaron únicamente alientos, fue “Quinteto de alientos Op. 45”, de Mucszynski, en sus movimientos Allegro Risoluto, Andante y Moderato – Allegro con spirito; composición que se significó por sus movimientos breves y sobrios pero atractivos, capaces de robar totalmente la atención. A lo largo de las piezas que conforman esta creación, pudimos disfrutar de los papeles protagónicos que desempeñaron cada uno de los instrumentos participantes, con los que conocimos un poco más sobre su carácter y personalidad.

                La última obra de la noche fue “Grand Noneto Op. 31”, de Spohr; el primer movimiento, Allegro, despertó de inmediato el interés de los allí presentes, gracias a su calidez y emotividad; el segundo, Scherzo, se caracterizó por su cadencia, evocadora de los valses bailados en las fiestas cortesanas del siglo XVIII, con algunos lúdicos momentos protagonizados principalmente por el violín; el tercer movimiento, Adagio, como su nombre lo sugiere, resultó nostálgico y reflexivo, aquí destacaron las participaciones del violín, la flauta y el clarinete; el último movimiento, Finale. Vivace, no sólo fue alegre y vivaz, sino que por momentos resultó de especial intensidad, con reminiscencias del romanticismo del siglo XVIII, fue un movimiento juguetón que no pudo menos que sacarle una sonrisa al respetable.

                Cameristas de México contó con la participación de Manuel Ramos, en el violín; Maria Vdovina, en la viola; Asaf Kolerstein, en el cello; Oscar Argumedo, en el bajo; Mercedes Smith, en la flauta; Pedro Díaz, en el oboe; Luis Humberto Ramos, en el clarinete; David Ball, en el fagot, y Edmund Rollet, en el bajo. Todos ellos, músicos con una considerable trayectoria y con importantes reconocimientos en los ámbitos nacional e internacional.

                Vale destacar la comunión que se logró establecer entre los músicos y su público, y la efusividad con la que éste reconocía las ejecuciones al final de cada una de las obras que conformaron el repertorio. En este sentido cabe también decir que la afluencia se ha visto en cada ocasión más nutrida, lo que da muestra de las expectativas que paulatinamente ha generado este Festival concluirá el próximo 27 de julio, y que esperamos se consolide como una importante tradición artística en Zacatecas.









 


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